Juguete educativo |
El proceso de creación de un juguete
Rosario Buades, psicopedagoga infantil con 26 años de experiencia en centros de enseñanza primaria, es una gran experta en este tema. Su primer axioma no deja lugar a dudas:
“El proceso de creación de un juguete tiene que tener en cuenta las pautas evolutivas de desarrollo de los niños en las diferentes etapas. Por eso, es importante que los creadores de dichos juegos tengan conocimientos en psicología evolutiva y del desarrollo, y una visión amplia para poder crearlos y adaptarlos a nuestro contexto social. Se trata de que los niños se integren, a través del juego, en la sociedad que les ha tocado vivir”.
No se sorprende de mi visión simplista del juego como mera diversión, pero su rostro transmite seguridad cuando analiza las diversas funciones del juego infantil.
“Los juguetes no sólo sirven para entretener y divertir a los niños, muchas veces también pueden ayudar a producir cambios en aquellos que sufren alguna discapacidad. Con la utilización de juguetes educativos y el asesoramiento de los adultos para estimular y motivar al niño se pueden lograr verdaderos cambios de conducta. La introducción de un juguete educativo en la vida de un niño debe acoplarse a las necesidades evolutivas del mismo según su rango de edad. Las funciones de dichos objetos, por tanto, son varias: ayudar al pequeño a comprender el mundo que le rodea, enseñarle nuevas habilidades como, por ejemplo, mejorar su comunicación, aprender a cooperar o explicarles un concepto nuevo mientras padre y niño comparten momentos de disfrute para ambos”.
Una base firme para educar a los niños
Son ya muchos años de experiencia, desde sus comienzos en los años 80, hasta la relativa seguridad con que afronta su tarea ayudando a niños con problemas psicológicos cada vez más abundantes en nuestra sociedad. Estas son algunas de sus pautas fundamentales en su trabajo:
“Conocer las bases de la psicología del desarrollo y evolutiva en las diferentes edades, pensar en qué tipo de habilidades y competencias necesitan desarrollar los niños en la sociedad actual. “Aprender a ser” (autoconocimiento), “aprender a estar” (inteligencia emocional para relacionarse y cooperar), y “aprender a aprender” (ser capaz de investigar para dar solución a nuevos retos) y una vez considerado todo esto, diseñar un tipo de juguete y juegos motivadores y atractivos que cubran tales necesidades”.
Toda esta teoría está muy bien pero, ¿cuáles son los juguetes más educativos que podemos encontrar en un mercado tan amplio como el de este sector?
“Sobre todo, los cuentos de educación emocional (“Cuentos para sentir”), juegos cooperativos en los que hay que definir un plan, pensar estrategias y tomar decisiones para conseguir una meta sin dañar las posibilidades de los demás. Todo tipo de construcciones para desarrollar la imaginación, juguetes varios para el desarrollo del juego simbólico como los teléfonos, las casitas o los cacharritos que estimulan el aprendizaje de hábitos. Un buen ejemplo es “Mr. Potato” para niños pequeños. También son interesantes los juegos con plastilina o barro y las manualidades en general. Son imprescindibles los juegos que estimulan la creatividad y el diseño, los juegos de magia, las muñecas y los muñecos, los juegos para inventar artefactos, las máquinas de películas de cine y de dibujos animados, las tablets, los puzzles y los lienzos para pintar”.
¿Cuáles son los juguetes menos recomendables?
Otro tema de debate ha sido siempre el los juguetes peligrosos, sexistas, de niños o niñas. Realmente, ¿hay juguetes prescindibles o peligrosos? Según la psicóloga María Dolores Rizo Tomás:
“Un juguete debe carecer de todas aquellas características que estimulen a la violencia psíquica o física o al maltrato entre iguales. Algunos muñecos tienen expresiones faciales que expresan emociones de agresividad como los soldados o los monstruos que incitan a la reproducción de patrones de conducta violentos. Muchos expertos ya hablan de la relación existente entre la visualización frecuente de caras “agresivas” en muñecos, por ejemplo, en la televisión y su influencia en los patrones de conducta emocional de los niños provocándoles “tolerancia a las actitudes violentas” e imitación de las mismas”.
El problema en las escuelas
De forma espontánea surge la vigencia y validez de nuestro sistema educativo cada vez más cuestionado. Tampoco parece que nuestros políticos den con la tecla adecuada para su mejoría. Muchas leyes, pero pocos avances.
“El mayor problema al que se enfrentan los niños es el anacronismo entre los estilos educativos en sus escuelas y en su propia familia y en las demandas que la sociedad requiere a los mismos. Actualmente tenemos unos estilos educativos en nuestras escuelas nacidos en el siglo XIX, que todavía siguen priorizando lo académico, la memorización de contenidos por excelencia, que refuerza el estar en silencio y a solas, que premia el trabajar todos por igual, que sigue castigando a los niños en lugar de estimular la reflexividad, usando las emociones tóxicas por excelencia: la culpa, los gritos, transmitiendo a los niños que son malos y necesitan ser castigados sin pararse a pensar en las competencias nuevas que han de desarrollar los alumnos en nuestra sociedad cambiante a ritmo vertiginoso. En definitiva, tenemos una escuela diseñada en el siglo XIX, con profesores formados en el siglo XX y con niños que se enfrentan a demandas sociales cualitativamente diferentes en el siglo XXI"
Debido a todo esto los niños se enfrentan a un grave problema y es que siguen acudiendo a la escuela a aprender contenidos y no se les prepara para la vida. De hecho en los horarios de los alumnos de Educación Primaria no figura ninguna hora de tutoría no dando valor a cuestiones de convivencia.
Lo primero que se debe hacer en las escuelas es contar con equipos directivos sólidos y formados expresamente para ello, que trabajen con una Intención y Sistematicidad, que sean entrenados expresamente y diseñen proyectos educativos sólidos, con gran conciencia de cuáles son las necesidades educativas de los niños del siglo XXI, no cayendo en el error que cometen muchos centros educativos en los que la dirección la abordan personas que no están preparadas para ello.
Una última referencia a nuestra clase política y la televisión que padecemos provoca que Rosario Buades nos deje una última respuesta tan contundente como esclarecedora.
“Actualmente, existe mucha falta de conciencia sobre la importancia de que los niños cuenten con adecuados juguetes a lo largo de toda su infancia. Podemos empezar hablando de la clase política que poco ha hecho a la hora de legislar y prohibir la venta de juegos violentos, siguiendo por las cadenas de televisión con la emisión de programas “basura” que sólo estimulan la imitación de patrones de violencia en la convivencia, acabando con los juegos de rol en ordenadores y sumándole la actitud de los propios padres que no dan importancia a este hecho. Por ello, aun queda mucha labor por hacer en el campo de los juguetes educativos”.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de crear un juguete?
Esther Pérez, terapeuta ocupacional |
- ¿Para qué edad quieren hacer ese juguete?
- ¿Qué necesidades tienen los niños de esa edad, en qué nivel de su desarrollo y proceso madurativo se encuentran? Tanto a nivel cognitivo, como motor.
- ¿Qué queremos que aprendan a dicha edad?
- ¿Cómo lo muestran para que sea interesante, atractivo y divertido?
Según su criterio no existen claves para elaborar el juguete educativo perfecto.
“Cada juguete nos servirá de apoyo para cada una de las áreas del niño, tanto los de ahora interactivos hasta los tradicionales. Lo que está claro es que si no se plantean las preguntas adecuadas durante su proceso de creación nunca se acercaran a esos niveles de perfección que se requieren”.
Un juguete educativo ante todo debe ser atractivo de una u otra forma pues no deja de ser un juguete, tiene que gustar y ser divertido o entretenido.
La terapeuta ocupacional Esther Pérez señala que un cesto de frutas como juguete puede servir para realizar juegos conceptuales, otros materiales pueden funcionar para hacer circuitos de psicomotricidad o integración sensorial, también con una tablet se pueden trabajar muchos aspectos del niño, ya que se pueden instalar una gran cantidad de sencillos y divertidos juegos educativos. Existe una gran variedad de los mismos. Clásicos como pueden ser los puzzles, a más modernos como los juegos educativos interactivos.
Un juguete adecuado es un juguete productivo
El juego es el medio por el cual el niño madura, por lo que tiene una gran importancia. Es por ello que el juguete debe de ser el apropiado para la edad o para las necesidades especiales de los niños que requieran una atención temprana. El niño tiene que jugar y debe de tener tiempo para ello. En línea con la idea anterior, resaltar la importancia de la concienciación a los progenitores es vital para que así escojan el juguete educativo adecuado para su hijo, ya que servirá de mucho apoyo en su desarrollo cognitivo y social.
Además, es importante que lo comparta con otros niños e incluso con sus padres, creando así un importante vínculo paterno-filial. Por el contrario, si no es el acertado para él perderá el interés rápidamente y no estimulará esa evolución y desarrollo.
Además, es importante que lo comparta con otros niños e incluso con sus padres, creando así un importante vínculo paterno-filial. Por el contrario, si no es el acertado para él perderá el interés rápidamente y no estimulará esa evolución y desarrollo.
"Aunque muchos padres están concienciados, a veces en la práctica no aciertan y no escogen el juguete educativo correcto o incluso no saben del todo como interactuar con su hijo en el juego".
Hay que tener en cuenta que la mejor forma de aproximación a un niño es mediante el juego. Según la experiencia de la terapeuta Esther Pérez, los niños en su gran mayoría suelen estar dispuestos a jugar con juguetes educativos. Para a ellos, al fin y al cabo, sigue siendo un medio para divertirse. Por lo tanto, la balanza ya estará a nuestro favor.
Esther Pérez destaca la importancia de hacérselo interesante.
“Si no es un juguete que en principio sea de agrado para el niño habrá que tener paciencia, presentárselo de forma divertida y dinámica, apoyándole en el juego y poco a poco ir haciendo esa retirada de apoyos”.
También es beneficioso el refuerzo positivo, premiar al niño si lo que está haciendo está bien. Si por ejemplo utiliza un juguete educativo que conlleva colocar correctamente las piezas en su lugar y acierta o incluso si realiza alguna creación artística, deberemos recompensarlo y alabarlo.
RAQUEL CUADRADO
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