lunes, 23 de diciembre de 2013

La experiencia de un monitor de comedor escolar

Alumnos del colegio Santo Domingo en el comedor

"Alimentar a más de 200 niños cada día no resulta tarea fácil"


Jorge Cuesta, de 28 años de edad es monitor del comedor escolar del colegio Santo Domingo desde hace más de cinco años. Algo que comenzó siendo una simple forma de ganarse la vida se ha convertido en su gran pasión. Pero, aunque pueda parecerlo alimentar a más de 200 niños cada día no resulta tarea fácil y no todo el mundo puede hacerlo.

Cuesta afirma que en la aceptación de las comidas influye mucho la edad de los niños, ya que normalmente comen mejor los niños más pequeños que los mayores y mucho mejor los que se quedan al comedor desde pequeños, debido a que se acostumbran a una alimentación sana.

"Un alumno que asiste al comedor desde los tres años es un adulto que normalmente come de todo".

"Es necesario un esfuerzo conjunto de colegios, padres y medios de comunicación"

Jorge Cuesta, monitor del comedor escolar
del colegio Santo Domingo
Los alimentos que más cuesta ingerir a los niños son las ensaladas, sobre todo la lechuga, las verduras troceadas y el pescado. Para este monitor, los niños de hoy en día deberían comer mejor que los de generaciones anteriores pues la calidad de los productos es mayor, pero opina que los padres abusan mucho de la comida rápida o de los rebozados congelados, habitualmente por problemas de tiempo.

Además, augura un futuro complicado si no se ponen todos los medios para concienciar a los padres de la importancia de una buena alimentación infantil. Por otro lado, reconoce que tienen niños muy conflictivos a la hora de llevar una dieta sana. Para solucionarlo utilizan todo tipo de artimañas y así logran que coman lo que deben.

Cuesta afirma: “Nosotros intentamos, mediante elogios, mucha paciencia, “negociando” como nos dice nuestra encargada, cambiando el “chip” de no me gusta, por no conozco este alimento. Utilizamos un sin fin de estrategias que surgen sobre la marcha como mezclar el alimento con otro que sí conocen, mediante pequeñas recompensas como caritas sonrientes que a final de mes se canjean por cromos o pequeños regalos. Se trata de que el alumno pruebe finalmente el alimento y que poco a poco se vaya acostumbrando a su sabor, textura…”
Cuesta destaca que también tienen niños que demuestran tener una gran admirable y sorprendente madurez a la hora de llevar una buena alimentación.


La negociación es la clave

La fruta y el yogur, postres estrella en los comedores

El truco estrella para estos monitores es la paciencia y, en segundo lugar, la “negociación”. Además, en el colegio Santo Domingo suelen hacer talleres de alimentación saludable con los niños; les enseñan, por ejemplo, a preparar galletas de zanahoria, ya que se trata de un alimento que les cuesta mucho introducir.

"También hacemos pasteles de verduras para conseguir que las prueben. Les hacemos ver que este mismo alimento se puede tomar de muchas formas distintas: en puré, como aliño de ensaladas, como guarnición…".

Sin duda, lo que menos trabajo les da a estos monitores son los postres, ya que son el plato que menos cuesta ingerir a un niño. Pero, por supuesto, los postres que dan también son saludables. Los de más éxito son la fruta y los lácteos como el yogur de sabores y de repostería, la tarta de chocolate con galletas bajas en grasa.

RAQUEL CUADRADO

Si quieres más información PINCHA AQUÍ: Alimentemos el futuro 


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