Utilizar rutinas es imprescindible para el desarrollo de los niños autistas
Ana Escoda, monitora en el Centro de Día y Residencia para personas Autistas de Alicante |
Ana Escoda Lescano, técnica en Deportes en el Medio Natural, colaboró en el Centro de Día y Residencia para personas Autistas de Alicante.
El objetivo de llevar a cabo rutinas con los niños autistas es que estos pequeños se desinhiban y tengan más facilidad a la hora de comunicarse. El ejercicio también cumple una función muy beneficiosa para ellos, ya que la estimulación corporal es fundamental para su salud.
En el portal del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) encontarás datos de interés y estadísticas sobre los trastornos de espectro autista.
La paciencia es clave para lidiar con niños autistas
A los niños autistas hay que tratarlos con mucha paciencia, ya que debido a su discapacidad les cuesta más trabajo comprender, a pesar de que realizan dinámicas rutinarias.
“Por mi experiencia, he vivido casos en los que si el niño autista está acostumbrado a levantarse, lavarse los dientes, ir al baño y desayunar, si se saltan cualquiera de estos pasos, se ponen muy nerviosos y les produce una gran ansiedad” afirma Ana.
La principal diferencia que presentan los niños autistas con respecto a otros niños es que su lenguaje es nulo o limitado. También manifiestan escolalia (repiten todo lo que escuchan), tienen una gran obsesión por el orden de los objetos y evitan cualquier contacto visual directo. Además, normalmente no responden a su nombre y muestran un gran desinterés por su entorno. Otra de sus peculiaridades es su forma de caminar, siempre de puntillas.
“Cada vez que llegaban al gimnasio entraban de puntillas, despistados, no sabían a donde iban… Por supuesto, siempre acompañados de un monitor porque sino se perdían” señala Ana.
Cada alumno tenía su propia agenda del centro, donde cada mañana lo primero que los monitores hacían era explicarles a través de imágenes y de forma individual en qué consistiría la tarea que llevarían a cabo ese día.
“Al encontrarnos en la zona deportiva del centro, normalmente siempre solíamos dar un paseo por algún parque cercano y tomábamos el desayuno en el parque. Esto se establecía de esta manera para sacarlos un poco del centro y que conocieran su entorno y se acostumbraran a él”.
Ana quiere destacar que todo el trabajo que ellos efectuaban en el centro se trata de una ayuda clave para mejorar a calidad de vida de los autistas, les ayuda a comunicarse y a relacionarse. En definitiva, su labor es hacerles la vida más fácil.
La cooperación entre monitores es vital para el desempeño de las rutinas
Autismo, una discapacidad que daña la capacidad de comunicación y de relacionarse |
El trabajo en equipo es imprescindible. La mejor alternativa es organizar las dinámicas de forma que nunca haya un único responsable a cargo de estos niños.
“El centro organizaba a los trabajadores poniendo a dos o tres monitores por cada grupo, dependiendo del grado de autismo de cada niño” señala Ana.
En la institución en el que la monitora Ana trabajó les facilitaban los utensilios necesarios para llevar a cabo las tareas y, a su vez, también contaban con las donaciones de padres o personas asociadas al centro.
Ana considera que trabajar con niños que presentan este tipo de trastornos debe ser vocacional. La clave para ser un monitor de niños autistas es la paciencia, querer al prójimo y entender qué es una discapacidad y tener muy claro que necesitan de tu ayuda, debido a que sin la labor de los monitores, los psicólogos, los terapeutas… no sobreviven. Hay que formarse y saber a qué te enfrentas para actuar en consecuencia.
“Tienes que tener devoción por tu trabajo, ya que así te implicas mucho más. Por ejemplo, algunas de las tareas que teníamos que llevar cabo, pueden no resultar del gusto de todos. Tenías que ayudarles con su higiene personal, llevarlos al baño, cambiarlos… Recuerdo que un chica cuando tenía la menstruación se quitaba los pantalones, se tocaba su zona vaginal y se paseaba por el centro, por supuesto, en ese momento tenías que muy tranquilamente llevártela al baño para limpiarla; otros chicos se masturbaban… y luego tenías que asearlos” destaca Ana.
A lo que añade “es vital la formación previa para saber cómo actuar ante este tipo de trastorno”.
En el siguiente pdf confeccionado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano encontrarás datos útiles sobre el autismo.
Hay que apostar por nuevas experiencias y creer en ellos
Es importante realizar dinámicas que saquen de su zona de seguridad a estos niños. Por ejemplo, llevarlos de excursión, preparar diferentes juegos, relacionarlos con los diferentes grupos de edad..
Una de las experiencias que Ana recuerda con nostalgia es la realización de una obra de teatro con los niños del centro.
“Preparamos una obra de teatro para Navidad, la cual iban a presenciar todos sus familiares. Dicha obra nos llevo mucho tiempo de preparación, pero finalmente logramos que los niños se implicarán. El resultado fue muy satisfactorio y lo recuerdo con mucho cariño”.
Ana afirma que “en un principio, cuando los niños tenían que coger algún objeto en la obra les costaba muchísimo, sin embargo, después de mucho trabajo e insistencia conseguimos que pudieran hacerlo”.
Siempre hay que poner la otra mejilla
Al trabajar con niños autistas también pueden darse situaciones conflictivas y la clave está en resolverlas con tranquilidad y paciencia y no responder, en ningún caso, de forma agresiva. Hay que crear nuevas vías de comunicación adaptadas a sus necesidades.
“Un día un joven que tenía el hábito de golpear las cabezas, al estar yo repasando las rutinas diarias, me agarró y chocó su cabeza con la mía. A otra compañera ese mismo joven, en una dinámica en la piscina intento ahogarla, al zafarse mi compañera salió corriendo y él detrás. Ante estas circunstancias la mejor alternativa es pedir ayuda a tus compañeros y entre todos tranquilizar al agresor y mostrarles tu cariño a pesar de lo ocurrido” destaca Ana.
Por parte del Gobierno, deberían de existir más ayudas y ofrecer más facilidades a las familias.
“Por ejemplo, en Alicante sólo disponemos de un centro y muchos personas autistas se quedan fuera, ya que no se ofertas las plazas suficientes con respecto a la demanda que hay. En mi opinión, se deberían de construir más centros donde puedan recibir la atención necesaria” señala Ana.
Igualdad para todos
La sociedad no está concienciada. Faltan medios, información, colaboración… En definitiva, que se valore y se tenga en cuenta que los autistas son personas que merecen recibir una atención adaptada a su discapacidad.
“Pasamos por alto su dignidad, antes de ser autistas son seres humanos con necesidades, deseos y frustraciones. Con un nombre propio y con los derechos que toda persona debe tener dentro de una sociedad justa e igualitaria”.
Es muy importante la colaboración de los padres, no sólo de forma material con donaciones económicas, ropa, utensilios… sino también que apliquen las rutinas del centro a sus hogares, para que cuando sus hijos vuelvan a la institución no les cueste reincorporarse a las actividades que allí desarrollan.
La monitora Ana Escoda señala que su labor en el centro de autistas de Alicante le proporcionó muchas más alegrías y satisfacciones de las que pensaba en un primer momento.
“Hacer algo por ellos y ver que te responden, ver su evolución… Ellos normalmente digámoslo así, viven en su mundo y si un día te dan una muestra de cariño es algo que te llena. Recuerdo que un niño que jamás se dejaba tocar las manos, siempre iba con guantes y a mí y, solamente a mí, con el paso del tiempo, me dejó agarrarle las manos. Ese detalle para mí fue precioso... Jamás lo olvidaré”.
MARÍA SANJUÁN
Si quieres más información PINCHA AQUÍ: La normalización es crucial para los niños de educación especial
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