El agua no debe ser un elemento hostil y al cual tener miedo
Niños jugando en una piscina sin supervisión |
Aprender a nadar, y cuanto antes mejor, es fundamental para los más pequeños. No sólo como medida de prevención frente a los accidentes que ocurren cada año en los diferentes medios acuáticos, especialmente en piscinas, sino también para el desarrollo de competencias físicas y emocionales, vitales en el crecimiento. Por ello, los expertos animan a los padres a familiarizar a sus hijos con el agua lo antes posible.
Pero, antes de nada, ¿qué significa, realmente, aprender a nadar? "Saber nadar es conseguir autonomía de movimiento en el agua. Es decir, saber desplazarse en el agua en cualquier posición, dirección y sentido y con una coordinación de la respiración", explica Moisés Gosálvez, director de la Escuela Nacional de Entrenadores de la Real Federación Española de Natación (RFEN). Esta autonomía tiene un claro aspecto preventivo, según destaca el diario El Mundo.